Todos dicen que todo es nuevo... ¿Es verdad?
Debemos cuestionarnos qué hay de nuevo en la comunicación desde la llegada de Internet.
Se da un proceso de convergencia tecnológica: se integran diferentes saberes y técnicas para construir unos sistemas más complejos con nuevas posibilidades. Es el caso de Gutenberg con la invención de la imprenta. También hay un proceso de concentración empresarial, que reúne las diferentes corrientes en unas pocas vías estandarizadas, lo cual facilita el desarrollo en una determinada dirección. Hay una creciente globalización en el consumo y en la implantación empresarial, facilitada por la desregulación de los mercados, fruto del liberalismo económico.
“La tiranía de la comunicación”: tradicionalmente, a nivel informativo, sólo existe lo que aparece en los medios, y estos son capaces de interpretar la realidad en un determinado sentido. Pero lo que se ve en los medios no es la realidad, sino una interpretación, que debe ser valorada por los destinatarios.
Los medios, ahora, en el ideario social, tienden a despojarse de su función interpretativa. La información ya no está completamente elaborada; se cede a los destinatarios el poder de reconstruir la información.
La mercantilización a la que ha accedido el periodismo es la que ha cavado su tumba.
Determinismo tecnológico
Existen dos corrientes: la de los ciberoptimistas y la de los cibercatastrofistas. Los primeros creen que la tecnología mejora nuestra calidad de vida y nuestro acceso al conocimiento. Los segundos opinan que este proceso no depende de la tecnología en sí, sino de la voluntad de las personas y del uso que se hace de esa tecnología.
La digitalización no supone una revolución: más que nunca, el capitalismo sigue vigente. La tecnología nunca es neutra, sino que obedece a unos intereses.
Tercer entorno
La era digital es la tercera gran conquista de la humanidad, tras la sedentarización (naturaleza) y la urbanización (ciudad). Pero, ¿es Internet un nuevo medio de comunicación?
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