jueves

24-02-2011

Desde que en 1989 se creara la World Wide Web se crea la esencia de la misma: la posibilidad de hipertextualidad, la conexión entre textos (no sólo datos textuales, sino también elementos multimedia).
Lo más significativo de esto es que implica al lector, algo que el texto en sí mismo no puede hacer. Se desdibuja la línea que se dibuja entre la figura de autor y la de usuario. Esta característica se desarrolla sobre todo en el ámbito de lo documental y lo literario. Sin embargo, esto no está tan claro en el ámbito del ciberperiodismo, ya que no se ha hecho una adaptación propia para él.
El texto hipertextual busca el equilibrio entre lo expansivo y lo contractivo. Te invita a conectar con otros, pero no debe sacarte de lo que realmente quieres. No debe hacerte perder el origen del que tú partes. Debe mantenerse conectado al texto inicial.
Hipertexto”: es el trance entre un clic y el siguiente. No está lo suficientemente desarrollado en el campo del periodismo. Tiene que permitir cierto grado de incertidumbre para que el usuario quede intrigado en la búsqueda, pero no tanto como para que se pierda el origen de la búsqueda.
Las herramientas de HTML no permiten flexibilizar la creación del hipertexto. 

Modelos de estructura
El hipertexto debe dar poder al lector para un mayor conocimiento de la actualidad. A partir de este dato, se desarrollan diferentes modelos de estructura del hipertexto:
  1. Secuencial: básico.
  2. Jerárquico: proporciona una guía para el seguimiento y la ordenación de los materiales. Facilita la navegación, porque es intuitiva. Facilita las tareas de edición, actualización y mantenimiento. Permite añadir enlaces. Es muy fácil de trasladar del papel a la pantalla. No aporta nada a la concepción hipertextual de una página.
  3. En red: la conexión es mucho más incierta (crea esa incertidumbre de la que hablamos antes). Co-creación por parte del lector, ya que es él mismo el que selecciona lo que quiere ver. Se crea la figura de lector-autor. En el plano periodístico, es de difícil aplicación, porque es una opción que ofrece demasiada libertad, sin dar el marco de límite que necesita el discurso periodístico, para darle credibilidad. El lector podría perderse en los contenidos, lo que hará que, a veces, se llegue a interpretaciones erróneas.
  4. Estructura mixta: la más habitual en periódicos online. Permite aprovechar las ventajas de las dos anteriores.
Tipos de enlaces
  1. Estructurales o categorías: dan sentido a una barra de navegación (enlaces comunes).
  2. Semánticos: incorporados al texto. Dan más libertad. Dejan ver que la hipertextualidad está todavía por desarrollar.
  3. Internos: llevan a la misma sección.
  4. Transversales: conectan con otra sección dentro del medio.
  5. Externos: envían a otra página, fuera de la de origen.

Según los contenidos:
  1. Actualidad reciente.
  2. Cronológicos.
  3. Documentales. Llevan a información de desarrollo.
  4. Interactivos. Fórmulas participativas.

Según la morfología de la información:
  1. Textuales: nos lleva a un texto compuesto por palabras.
  2. Multimedia: nos lleva a una imagen, un video, un audio…

Estructura secuencial:                                                                                   Estructura jerárquica:

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